Una de las áreas de la psicomotricidad fundamentales para el desarrollo de procesos cognitivos superiores como la lectoescritura es el dominio equilibrio, del tiempo y del ritmo.
Edad: A partir de un año cuando el niño o la niña ya pueden pararse y caminar sin ayuda
¿Qué se necesita?
Un espacio abierto
Un equipo de sonido, reproductor de CDs o un radio
¿Qué se hace?
Pongan música de ritmo bailable y bailen con sus hijos. Primero pueden tomarse de las manos y enseñarles a mover su cintura. Permita a los niños moverse como lo deseen siguiendo el ritmo de la música. Si van muy rápido, recuérdenles seguir el ritmo de la música.
Pueden indicarles que caminen adelante y atrás, también a la derecha y a la izquierda. Dependiendo de la edad, pueden contar los pasos: dos a la derecha y después dos a la izquierda; dos para atrás y dos para el frente. Se trata de que los niños sientan el ritmo y hagan los pasos coordinados. Empiecen con rutinas poco complejas para mantener alta la motivación y por supuesto se vale reírse, aplaudir, levantar las manos, sacudir los hombros, bailar de puntillas, en trencito, etc. En sesiones siguientes prueben aumentar la complejidad de los pasos. uno adelante y dos a la izquierda, por ejemplo. Como si fuera una clase avanzada de baile, pinten círculos en el suelo y numérenlos para que los niños puedan seguir la secuencia.
Prueben con diferentes estilos musicales. Pongan música clásica y pidan a los niños y las niñas que se muevan al compás de la música, levanten y bajen los brazos, muevan la cabeza, etc. Utilicen piezas marciales para marchar, correr, levantar alto los pies y caminar rápido.
No hay límite para esta actividad que estimulará la coordinación entre sus hemisferios cerebrales y quien sabe, posiblemente siente las bases para convertirse en grandes bailarines.