Hemos destinado esta sección para tratar de resolver las dudas que con frecuencia tienen padres y madres
de familia respecto a sus hijos.  Incluiremos las preguntas que nos envíen desde el formulario que aparece
en la página principal.
Utilice la opción de búsqueda para encontrar fácilmente temas
específicos abordados en las distintas secciones del sitio:
7. Mi hijo tiene 5 años y mi esposa después de ese tiempo ha decidido trabajar, ¿cómo le puede afectar a  mi hijo esa
nueva faceta?

Idealmente, niños y niñas debieran estar con sus madres la mayor parte del día durante los primeros cuatro años de vida.
En estos primeros años cruciales se forma la personalidad y se adquieren los valores esenciales para la vida en sociedad.
Los niños merecen, por lo tanto, formarse junto a su madre. A partir de los cuatro años, si la relación fue nutritiva y no
sobreprotectora, entonces serán lo bastante independientes para arreglárselas sin su madre por períodos más
prolongados y por supuesto, siempre al cuidado de adultos amorosos y ejemplares. Esta etapa coincide con una mayor
autonomía y el ingreso al preescolar, lo cual permite a la madre un poco  más de tiempo libre.

Llegado el momento, traten de que la rutina diaria de su hijo no varíe tanto de manera que pueda adaptarse mejor al nuevo
estilo de vida.  La hora de la cena y de dormir serán los momentos más valiosos para la convivencia. Procuren que sean
especiales y sin interrupciones.  Esperen conductas "extrañas"; su hijo podría tener actitudes de un niño menor, quizás con
berrinches o aislamiento, dependiendo de su carácter, pero será sólo durante una época que logrará superar si se esmeran
en que el tiempo juntos desde que se levanta hasta que se acuesta sean de calidad; jueguen mucho.  Aún desde el trabajo,
mantengan el contacto.  Hablen por teléfono por la tarde y conversen un par de minutos sobre lo que hizo en el colegio, lo
que está haciendo y lo que harán cuando estén juntos.

Trabajar fuera de casa, puede ser una experiencia edificante tanto para la madre como para el resto de la familia.  Es
importante que todos manifiesten abiertamente sus dudas y temores ante esta nueva situación y diseñen juntos su nuevo
plan familiar priorizando sus valores familiares y la salud física y mental de todos.  ¡Adelante!  Se recomienda el artículo
Mamás y profesionales.  

8. Mi hijo tiene un año y cinco meses. Muchas veces cuando no se le complace nos da manotazos o intenta pegarnos.  
También le gusta mordernos, pero esto lo hace cuando está feliz, así como cuando está enojado. Me han dicho que esto
último es una manifestación de afecto y que hay que saber cómo manejarlo para no frustrar su forma de expresarse.
¿Qué me recomiendan en ambos casos?

A esta edad, los bebés son bastante independientes principalmente por su recién adquirida habilidad de caminar y
desplazarse libremente.  Esta indepedencia está presente también en la voluntad, es decir, saben lo que quieren y luchan
por sus deseos con todo lo que tienen: pegar, patear, morder o patalear.  Están aprendiendo a tener control sobre sus
emociones y necesitan de nuestra ayuda para evitar los "desbordes".  Por otro lado, el aprendizaje durante la primera
infancia es principalmente por imitación; si en casa le están pegando, él aprendió a pegar como estrategia para alcanzar
objetivos, tal como ve que hacen los adultos.  La recomendación en este caso es ser modelos de control de emociones para
que imite estrategias adecuadas.  Conviene que papá, mamá y los cuidadores frecuentes del niño analicen sus propios
comportamientos para ver cuánto se parece la conducta del niño a la suya.  Por otro lado, cuando se le niegue algo hay que
pensar en el valor que el bebé otorga a ese objeto o actividad particular, pues lo que para los adultos es trivial, para los
bebés puede ser el mundo entero.  La ventaja a esta edad es que su atención puede distraerse muy fácilmente, de manera
que cuando no pueda tener algo, en vez de negárselo, es mejor ofrecerle otra opción.  No sólo su atención sino sus
emociones más intensas se volcarán al nuevo objeto o actividad.

Morder es un comportamiento normal y frecuente en los bebés de esta edad, principalmente por estar en la etapa de la
dentición.  La molestia de sus encías les motiva a morder todo y a todos, lo cual además, es un mecanismo para aliviar el
cansancio físico y mental.  No obstante, el bebé debe aprender gradualmente que no está bien morder a las personas
porque las lastima así como que hay mejores formas de aliviar su estrés o demostrar afecto.  Cuando los muerda retírenlo,
expresen dolor con movimientos, sonidos o expresiones faciales, pero sin escándalo. De ser posible, utilicen los mismos
gestos y expresiones que él utiliza cuando se golpea o lastima, excepto hacer berrinche, por supuesto.  A continuación,
ofrézcanle algo más para morder, puede ser un juguete o la esquina de alguna prenda que ustedes lleven puesta; el objetivo
es permitirle morder para aliviar su ansiedad, pero enseñarle a hacerlo con otros objetos; si lo hacen con la ropa de
ustedes, el bebé aprenderá a ser más cuidadoso y a morder superficialmente.  Poco a poco, esta “mordida superficial”
como expresión de cariño puede irse transformando en un beso.  Cuando reciban una “mordida superficial afectiva”, pueden
decirle algo como “besito, besito”, darle ustedes un beso y pedirle que les dé un beso; si no los besa no importa, pero la
rutina debe mantenerse. En vez de “besito” puede ser cualquier otra palabra corta positiva como “cariñito” o “abrazo” y no
olviden hacer ustedes la acción y luego pedirle que los imite.

Ambas situaciones son momentos clave en la vida de los bebés que necesitan atención de los padres para enseñarles a
encauzar sus emociones adecuadamente.  El primer paso es reconocerlas, lo cual ustedes ya han hecho. ¡Felicitaciones!

9. Mi hijo tiene 13 años y cursa 1er. grado de secundaria.  Últimamente sus actitudes han sido de reto y total rebeldía,
además de padecer déficit de atención y tomar Ritalín. Me desespera demasiado porque debo recordarle todo; siento
angustia porque le he pegado tratando de corregirlo. ¿Qué puedo hacer?

Comprendemos la angustia y frustración que le produce la relación con su hijo.  Su hijo está atravesando por momentos de
transición muy importantes en su vida: el inicio de la secundaria y el cambio de la niñez a la adolescencia.  Las actitudes de
reto y rebeldía son manifestaciones de su necesidad de independencia, las cuales deben aprovecharse para reforzar sus
fortalezas.

Si él mismo aún no utiliza estrategias para no olvidar, el despertar de su necesidad de independencia es un buen momento
para comenzar.  Ser capaz de recordar por sí mismo las cosas importantes le dará confianza en sí mismo y elevará su
autoestima, algo que es crucial en la etapa de la adolescencia.  Elijan un día tranquilo de sobremesa para conversar sobre
ideas de cómo recordar algunas cosas; una sugerencia puede ser pegar papelitos en las puertas o espejos (lugares que él
más frecuente) con avisos; se puede incluso utilizar papelitos de colores para diferenciar entre las actividades (deporte,
colegio, tareas, proyectos, etc.) y numerarlos para identificar fácilmente los nuevos de los “caducados”.  Comiencen con
pocas cosas y poco a poco vayan incluyendo todas las actividades a medida que “todos en casa” se acostumbran a la
rutina.  El apoyo de la familia es muy importante para los jóvenes con dificultades de aprendizaje. En alguno de esos
papelitos, escriban también mensajes motivacionales o un sencillo “¡Bien hecho!”; esto alimentará su autovalía y contribuirá
a mejorar la comunicación familiar.

Pegar o golpear nunca es una opción disciplinaria efectiva pues atenta contra la dignidad de los niños y jóvenes. Hay que
practicar la paciencia, la tolerancia y la comprensión. Es recomendable participar en grupos de apoyo con otros padres de
familia para compartir experiencias y aprender estrategias educativas y adaptativas. Este Portal se especializa en el
desarrollo y estimulación de niños sanos menores de 6 años; para obtener apoyo específico y una asesoría más eficaz
sobre déficit de atención en jóvenes, recomendamos comunicarse con la
asociación guatemalteca APPANNE que agrupa a
padres y profesionales interesados en apoyar, capacitar e informar acerca de las necesidades especiales del desarrollo y el
aprendizaje.  ¡Ánimo!

Leer más preguntas
© Derechos reservados, 2004-2005.
Nota:  En esta sección se ofrecen consejos prácticos para cada pregunta con base en la teoría
existente y los criterios propios de la Asociación Guatemalteca De Padres a Hijos. Para abordar a
profundidad cada tema y tratar cada situación específica, se recomienda la consulta directa con
un psicólogo u otro especialista.
Preguntas que los padres nos hacemos con más
frecuencia (continuación)